La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) ha publicado el "Informe de Diagnóstico sobre la Estrategia de Competencias en España".
En él se analiza y aporta a los países un marco sobre el que desarrollar políticas coordinadas y coherentes que contribuyan al desarrollo, la activación y el uso eficaz de las competencias.
Este informe diagnóstico identifica doce retos en materia de competencias para España basándose en análisis de la OCDE y la Comisión Europea y en datos nacionales, así como en información obtenida de los gobiernos nacionales y regionales y de una amplia variedad de agentes implicados, entre los que se incluyen personas particulares, empresas, organizaciones empresariales, organizaciones sindicales e instituciones educativas.
¿Por qué una estrategia de competencias?
Mejores competencias, mejores empleos, mejores condiciones de vida Las competencias se han convertido en el principal motor e impulsor del bienestar individual y del éxito económico del siglo XXI. Sin una adecuada inversión en materia de formación y competencias, los individuos se ven abocados a la marginación social, el progreso tecnológico no se traduce en crecimiento y los países no pueden competir con otras economías mundiales cada vez más basadas en el conocimiento. La Estrategia de Competencias de la OCDE brinda a los distintos países un marco de referencia útil para analizar sus fortalezas y debilidades, al que pueden remitirse para adoptar medidas concretas en relación con los tres pilares en los que se apoya todo sistema nacional de competencias: 1) desarrollar las competencias relevantes desde la infancia hasta la edad adulta; 2) activar la oferta de competencias en el mercado laboral, y 3) utilizar las competencias adquiridas de manera eficaz en el ámbito socioeconómico. Una estrategia de competencias eficaz consolida y refuerza el sistema de competencias de un país al propiciar la colaboración política e interconexión entre estos tres pilares.
La economía española viene mostrando claros signos de recuperación tras una prolongada recesión. La
economía española volvió a crecer en 2014 y ha comenzado a crear empleo en grandes cantidades. Estos datos
positivos se debieron, en parte, al amplio abanico de reformas gubernamentales acometidas para agilizar el
funcionamiento del mercado laboral, mejorar la calidad del sistema educativo, reforzar el marco presupuestario
y estimular el sector empresarial.
Pese a la evolución positiva registrada, aún quedan importantes retos por superar. España se encuentra
entre los países de la OCDE con una de las tasas de desempleo más altas, tanto de paro adulto como juvenil,
registrándose incluso en 2014 un PIB y unos niveles de renta de los españoles inferiores a los observados en
2007. El alto nivel de endeudamiento surgido a raíz de la reciente crisis económica, el envejecimiento de la
población y las fuertes presiones de incremento del gasto público en otros ámbitos como las pensiones, por
ejemplo, exigirán a los gobiernos tomar decisiones difíciles y erigir los principios de eficacia y eficiencia como la
piedra angular en torno a la que ha de articularse el diseño de las políticas.
Al mismo tiempo que España se enfrenta a importantes retos, el mundo está cambiando. La globalización
y los avances en las tecnologías de la comunicación y el transporte interactúan a fin de reconfigurar la
estructura del empleo y las cualificaciones y capacitaciones necesarias para ocupar los puestos de trabajo. Si
bien por definición el futuro se muestra incierto, todo parece apuntar a un mundo en el que será cada vez más
importante alcanzar unos niveles de cualificación más altos como clave del éxito de todo individuo en el
ámbito socioeconómico.
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La OCDE es un foro exclusivo en el que los gobiernos trabajan de forma conjunta para afrontar los retos económicos,
sociales y medioambientales de la globalización. La OCDE se sitúa asimismo a la vanguardia de los esfuerzos dedicados a
comprender y ayudar a los gobiernos a responder a nuevos escenarios e inquietudes, como la gobernanza corporativa, la
economía de la información y los retos que plantea el envejecimiento de la población. La Organización proporciona un
marco en el que los gobiernos pueden contrastar los resultados de sus políticas, buscar respuestas a problemas comunes,
identificar las buenas prácticas y trabajar en la coordinación de las políticas nacionales e internacionales